Buceo en invierno, ¿cómo nos afecta el agua fría?

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Como ya te enseñamos en tu curso de iniciación al buceo, el agua conduce el calor 20 veces más rápido que el aire y requiere mucho más calor para elevar su temperatura, lo que significa que las temperaturas que son cómodas fuera del agua, no lo son ahí abajo pues se pierde nuestro calor corporal 20 veces más rápidamente.

Con o sin un traje isotérmico, la fisiología del buceador reacciona de manera idéntica ante el frío, lo que difiere es el tiempo que estas reacciones mantendrán la temperatura medular en los 37ºC considerados óptimos.

Como consecuencia, los buceadores usamos trajes isotérmicos para prolongar la inmersión al hacer más lento el proceso de enfriamiento y hacer más eficaces las respuestas de nuestro cuerpo para mantener nuestra temperatura corporal.

La fisiología individual también juega un papel importante en la respuesta ante el frío. Los buceadores con capas más gruesas de tejido graso están mejor aislados y tienden a perder calor más lentamente. La gente delgada tiene una mayor relación de área de superficie a peso del cuerpo y se enfría más rápidamente. 

La exposición frecuente al frío constante aclimata al individuo, lo que incrementa hasta cierto punto la capacidad del cuerpo para retener el calor.

Pero ¿cómo reacciona nuestro cuerpo ante el frío?

Al enfriarse el cuerpo, los centros de temperatura en las manos, pies y cabeza generan respuestas de conservación de calor que comienzan con un cambio en la circulación sanguínea. El flujo de sangre hacia las extremidades (excepto hacia la cabeza) se hace más lento por medio de la vasoconstricción, que no es más que una contracción de los vasos sanguíneos para reducir la pérdida de calor de la sangre que se produce a través de la piel, superficie que queda en contacto directo con el frío. 

Si la vasoconstricción no retiene la pérdida de calor y sigue cayendo la temperatura corporal, el cuerpo reacciona con escalofríos (respuesta mecánica) que intenta generarnos calor corporal a través de la actividad muscular y el metabolismo acelerado. La “Tiritera” y el estremecimiento señalan la pérdida de la batalla contra el frío, el cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo.

El resultado es la HIPOTERMIA, o una temperatura corporal anormalmente baja. Puede causar al buzo somnolencia, confusión y por, falta de coordinación muscular y torpeza en los movimientos así como debilidad. Dado que ocurre en forma gradual y afecta el pensamiento, es posible que el buceador no se dé cuenta que necesita ayuda y esto lo hace especialmente peligroso. Una temperatura corporal por debajo de 35°C constituye una emergencia médica y puede conducir a la muerte si no se trata en forma rápida.

Como nuestros instructores nos comentaron en la introducción,  los buceadores prolongamos la capacidad del cuerpo para mantener la temperatura corporal usando adecuadamente trajes isotérmicos adaptados a la temperatura del agua a la cual vayamos a bucear.

¿Cómo debemos de actuar? 

Aunque el cuerpo responde de manera protectora dentro de un rango específico de condiciones de temperatura, el buceo puede exponer al cuerpo más allá de su capacidad de superar los efectos con éxito por lo  que si no queremos sufrir hipotermia, debemos de:

Mantenernos bien hidratados antes de la inmersión, una hidratación correcta nos ayudará fisiológicamente contra la pérdida de temperatura corporal.

Usar trajes isotérmicos adaptados a la temperatura del agua a la cual vayamos a bucear, para reducir la velocidad de pérdida de temperatura corporal durante el tiempo de la inmersión. Como el traje isotérmico no cubre todo el cuerpo en función de la temperatura del agua se recomiendan también complementos como escarpines y guantes también de neopreno. Usar capucha de protección para la cabeza ya que es una de las partes del cuerpo que produce mayor pérdida de calor corporal.

Acortar el tiempo de las inmersiones sobre todo cuando se hacen inmersiones repetitivas y vamos a exponer al cuerpo a sobreesfuerzo por pérdida de calor. Ante la sensación de frío intenso bajo el agua o al primer síntoma de “tiritera”, dar por terminada la inmersión y salir del agua lo antes posible, abrigarse y a poder ser tomar algo calentito.. 

No hay que dejar de bucear en invierno, tan solo hay que abrigarse un poquito más para disfrutar de las inmersiones invernales de la misma manera que nos ponemos el abrigo cuando vamos a salir de casa. 

Fuente: https://www.buceomojacar.com/es/